viernes, 5 de julio de 2019

Lectura de una muerte anunciada

Eran las 4:30 de la tarde de ese lunes 28 abril. El juez no solo leía la sentencia de un delincuente más. Leía forma en que sus subalternos, en la pandilla, pretendian "darle muerte".
Carlos Alberto Rivas Barahona o "El Chino Tres Colas" , no solo es un pandillero de la mara 18, sino su segundo al mando. Rivas Barahona, habría sido asesinado por los que en varias ocasiones obedecieron sus órdenes.


La casualidad no existe para este peligroso pandillero. Había sido colocado en la última fila de sillas de la sala pero por seguridad, "tenemos miedo de que quieran volverse contra él. Por eso lo tenemos hasta el fondo. Ya lo han querido matar", dijo uno de los casi 30 policías que custodiaban la audiencia.


El Chino Tres Colas es el único que está esposado de pies y manos. Según la Policía
"Dos de los miembros estaban colocados en la pasarela, otros dos cerca del semáforo, el resto espiaban la salida del centro judicial. Mientras que uno estaba pendiente del momento de su traslado de la sala.


El juez leía sigilosamente la descripción de la muerte planeada. Pero Barahona, no solo bajaba su cabeza: miraba fijamente los cuerpos de los mencionados. Giraba su rostro con descontento y decepción -muchos de ellos eran de su confianza- y mordía sus labios para guardar la cordura dentro de la sala judicial.


El Chino Tres Colas, no fue asesinado en agosto de 2008, cuando salía de una audiencia del centro Judicial, porque fue evacuado por la puerta trasera. El plan fue desbaratado, sin querer, por las autoridades.


El hallazgo habría sido un gran acontecimiento. Al menos diez pandilleros, habían entrado no solo en valor para asesinarlo, sino en valor para romper con el contingente de seguridad que de desplaza este delincuente.


Sus antecedentes
El Chino Tres Colas es un deportado de Estados Unidos en el año 2003 y capturado en San Salvador por posesión de cocaína. Actualmente purga una condena de 24 años por extorsión, 16 por homicidio y 8 más por agrupaciones ilícitas.


Es uno de los cabecillas más temidos a nivel nacional por estar involucrado junto a una clica de 25 pandilleros con quienes planearon entre 2005 y 2006 diferentes robos de vehículos, en su mayoría camionetas -en total son 22 casos de robo y otros más de homicidios agravados con múltiples víctimas -.